Acebuche (Olea europea)

Árbol de crecimiento lento, que a menudo alcanza edades de cientos de años. De corteza gris y resquebrajada con la edad. Sus hojas, perennes, opuestas y enteras, son coriáceas, de color oscuro por el haz y plateadas por el envés. Las flores son de color cremoso, pero poco evidentes. El fruto, la conocida oliva o aceituna, es una drupa, es decir, envuelta carnosa que rodea a una semilla. Florecen en mayo o junio, incluso antes, si el clima es propicio. Las aceitunas se recogen en el otoño y principios del invierno. No insistiremos en las virtudes del aceite de oliva, sino en su delicioso aroma. Untado sobre una rebanada de pan tostado es, por sí solo, un manjar espectacular. Para poder consumir las aceitunas, hay que encurtirlas con salmuera y especias. Las hojas contienen glúcidos, alcaloides, derivados terpénicos, flavonoides. En el fruto, glúcidos, lípidos (ácido oleico y linoleico), insaponificables y estrógenos vegetales. Sus hojas se emplean para reducir la tensión arterial y en el tratamiento de la diabetes. El aceite tiene propiedades beneficiosas para el sistema digestivo y para controlar el exceso de colesterol, aceite que, además, contribuye a reducir los cálculos de vesícula y que, aplicado en friegas sobre la piel, es eficaz para el tratamiento de algunas afecciones dérmicas (eccemas, quemaduras,etc.). 

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