Ortiga menor (Urtica dubia

La Ortiga es una planta de aspecto tosco, con un tallo erecto y cuadrangular, que alcanza un metro aproximadamente de altura. Sus hojas son rugosas, groseramente dentadas y opuestas, y sus flores, pequeñas y verdosas, son distintas según sean masculinas o femeninas. Es característico de esta planta el poseer unos pelos que tiene la forma de pequeñísimas ampollas llenas de un líquido irritante que al contacto con la piel provocan ronchas, escozor y prurito; este picor se debe a la acción del ácido fórmico, compuesto del que contiene gran cantidad. Estos pelos son muy duros y fragilísimos en la punta, por lo es suficiente el roce para provocar su rotura. Las ortigas abundan mucho a los largo de los caminos, en los lugares no cultivados y en las escombreras, y florecen durante todo el año. La raíz contiene taninos que le confieren propiedades astringentes, por lo que se utiliza en casos de diarreas y úlceras grastroduodenales. Las hojas, al igual que la planta fresca, se emplean como reconstituyentes y reminaralizantes, por su gran contenido en sales minerales de hierro, calcio, sílice, azufre, potasio y manganeso. También contiene clorofila y ácidos orgánicos, a los que debe su marcado efecto diurético, razón por la que se emplea muy comúnmente en olugrias, uroliatiasis, nefritis, edemas, obesidad e incluso en casos de reumatismo y gota. Desde hace muchos años se emplean en hemorragias, ya que actúan como buen vasoconstrictor. 

Más información